Risas, juegos, rondas, muñecos, dulces y una alegría desbordante hacen parte de esa hermosa etapa de nuestras vidas: la niñez, donde las preocupaciones no existen y las responsabilidades no pasan más allá de ir al colegio y sacar buenas notas. Para muchos es la base y principio de una vida llena de sueños, ilusiones, anhelos; pero para otros puede ser la única etapa que podrían tener como experiencia en este mundo, en este caso, vidas truncadas por el flagelo de una enfermedad que los conlleva a la muerte.
Jennifer tiene 13 años, Jesús tiene 9 y Juan pablo 14, ellos han pasado la mayor parte de sus vidas entre hospitales, clínicas y fundaciones de Bucaramanga a causa de una enfermedad que día a día avanza y amenaza con terminar con el poco aliento que les queda. El cáncer, la primera causa de muerte no violenta en el país: 70 de cada 100.000 habitantes mueren a causa de esta. Para estos niños las cifras no son comprensibles, no entienden ni su propia enfermedad, pero si son consientes de que algo malo pasa en sus cuerpos y que sus padres hacen hasta lo imposible por conseguir recursos que no tienen por la misma situación económica que atraviesan muchos familias en Colombia; mas sin embargo, no dejan de soñar, de sonreír, de “vivir”.
María Juliana Lozano es una de las tantas madres que sufren al lado de sus hijos viendo como el cáncer consume sus vidas, con la esperanza de verlos sanos y sin rastro alguno de enfermedad en sus cuerpos; Dios le ha dado fuerzas y los recursos necesarios para costear los gastos médicos de su pequeña, pero no muchos cuentan con esta suerte, y por esta razón hoy en día ha comprometido su vida en la ayuda a niños que al igual que su hija y los protagonistas de esta historia, padecen de esta enfermedad.
Jennifer, Jesús y Juan Pablo quizás quieran ser médicos, ingenieros, futbolista o cantantes, su enfermedad no les impide imaginarse en un futuro convertidos en personas de bien, no les impide soñar e ilusionarse, y hoy comparten un mismo sueño: conocer a su artista favorito, tener frente a frente a Silvestre Dangond. Este artista Vallenato que no solo ha inundado a Colombia con sus canciones, que ya ha trascendido fronteras y su música cada vez es mas aclamada; este joven guajiro que representa el carisma de una cultura y de un folclor, y que para estos niños representa la alegría de un sueño, la ilusión de conocerlo antes de partir.
Por esta razón María Juliana Lozano y la Fundación Silvestritas de Corazón Grande (FUNSICOG) con la representación de su director Miguel “Nane” Guardiola se han dado a la tarea de hacer posible este anhelo buscando la manera de contactar y hacer llegar el mensaje a Silvestre Dangond, y esperar una respuesta de alegría para estos niños que seria poco ante la triste realidad que los acompañará por el corto tiempo que les queda.
Tenemos la certeza de que Silvestre Dangond es una persona con un corazón grande, agradecido con sus seguidores y con un sentido social y humano enorme, y que muy pronto dará a estos niños la sorpresa y la alegría mas grande se sus vidas, haciendo una realidad este SUEÑO SILVESTRISTA.
Por: Aristides Olano Fernández
Jefe de Prensa FUNSICOG.
No hay comentarios:
Publicar un comentario